Vaya por delante que no me gusta escribir crónicas en el que protagonista sea yo, principalmente por pudor, ya que siempre se deslizan temas a veces muy personales y que quedan «flotando» en la red al alcance de cualquiera, y en segundo lugar porque desde pequeño me educaron en unas de las virtudes que para mí es de las más importantes, la humildad, y la crónica que voy a escribir parece más bien un ejercicio en el sentido contrario.
Entonces, ¿por qué me he decidido a escribir esto?, pues por dos razones; la primera, que en nuestra página web nadie escribe sobre carreras de montaña y hay muchas personas en nuestro club que las practican, y espero que esta crónica sirva de acicate para que se escriban más cosas sobre las carreras de montaña. La segunda razón, es que correr en una carrera de este tipo creo que es motivo suficiente para animarse a escribir sobre ella.
De nuestro club fuimos dos personas a realizarla. Josep de los Galanes y el que suscribe, también vino un amigo Javi, del club Verticalia de Córdoba.
Para explicar un poco en qué consisten las carreras de la UTMB del Mont Blanc, hay que decir que hay 5 pruebas principales:
La UTMB de 170km y 10.000m+ y dan 46:30 horas para terminarla
La TDS de 124 km, 7300m+ y dan 34:00 horas para terminarla
La CCC de 101 km, 6100m+ y dan 26:30 horas para terminarla
La OCC de 55 km, 3500m+ y dan 14:30 horas para terminarla
La PLT de 300 km y 25000m+ y dan 3 días. Es una prueba especial por equipos y se hace andando y se puede pernoctar en refugios.
Hace cosa así de 3 años, planteándome hacer una ultra internacional, hablé con mi compañero y amigo Jesús Manuel González, que ya había hecho la TDS el año anterior, y describiéndome cómo era la prueba, (la más montañera de todas las carreras de la UTMB, y en términos comparativos la más dura y menos corrible), pues pensé «esta es la mía», encima de montañera estás en uno de los paisajes más abrumadores de Europa, el macizo del Mont Blanc.
Se lo comenté a Josep de Los Galanes y la idea también le cautivó, pero para poder presentarse a esta ultra, tienes que hacer dos carreras que te den puntos, en concreto 8 …Yo lo tenía claro, 3 puntos de la trail de Sierra de Aguas de Álora y 5 puntos de la UTBS de Bosques del Sur de Sierra Cazorla, Josep y Javi también se apuntaron a las mismas, así que las hicimos y nos dieron los puntos correspondientes, solo faltaba apuntarse y que nos tocara el concurso de la TDS, porque aquí, por fortuna, a diferencia de los 101kms de Ronda, no gana el que tiene el dedo más rápido a la hora de abrir las inscripciones sino que te sortean. Tuvimos la suerte que siendo la primera vez que lo hacíamos nos tocó el sorteo….
Mi idea de realizar una ultra es terminarla dentro de los tiempos que dan. No soy un tipo rápido en la carrera, empecé tarde en este deporte y con mis 10 lustros ya cumplidos, con terminar en tiempo ya me puedo dar con un canto en los dientes. Por eso hago carreras largas, ultradistancias, porque para mí es más importante la resistencia que la velocidad, y una persona como yo, que suele ser cabezona, este es su medio ideal. Las carreras rápidas me estresan más que las largas distancias. Como puse anteriormente, para la TDS daban un total de 34 horas, yo me planteé hacerla en 31 horas, y Josep que está más fuerte que yo en 26 horas.
El día previo a la carrera, 28 de agosto, recibimos un mensaje de la organización, que debido a que se esperaba mal tiempo, iban a suprimir la subida a dos picos, se bajaba el desnivel total de la prueba de 7300 m+ a 6900m+ y se iban a meter 5 kms más, o sea, te quito por un lado, pero te meto por otro….y además se retrasaba la prueba dos horas, es decir en vez de salir de Coumayeur a las 6 de la mañana, se salía a las 8.
En la línea de salida de Courmayeur te das cuenta de lo diferente que es esta ultra a otras que he corrido, ves gente de todo el mundo, japoneses, coreanos, chinos, australianos, ingleses, lógicamente mucho francés, italianos, etc etc, y hasta gente de Jaén 😛 😛 . También la media de edad era sensiblemente menor de lo que yo había visto en otras ultras en Andalucía, es decir, para mi grata sorpresa había mucha gente joven. A Josep y javi no los vi en la línea de salida y tampoco durante el resto de la carrera, bien es cierto que en un momento dado de la noche adelanté a Javi, pero ni me di cuenta.
La primera subida ya fue un adelanto de lo que nos íbamos a encontrar, una subida sin descanso por una estación de esquí de Courmayeur de unos 11 km y con un desnivel positivo de 1300 metros. Después vino una buena bajada hasta el precioso Lac Combal todavía en Italia, quedaba ya poco para entrar en Francia. A partir del Lac Combal tuvimos otra potente subida, pero mi sorpresa fue que íbamos prácticamente parados, había tanta gente que no podías adelantar y ¡encima en muchos tramos tenías que esperar!, es de las pocas veces que me ha pasado algo por el estilo en una ultra.
Se terminó la subida del Col des Chavannes, y aquí empecé a ver los primeros «cadáveres», suena trético pero era como veía yo a la gente que no podía más y se apartaba en los senderos tirados literalmente en el suelo o sentados con la cabeza gacha entre laspierndas. Llevávamos 20 kms y 1980 metros de desnivel positivo. Empezó a medio llover y a hacer frío. Una cosa que me llamó la atención fue un puesto de socorro que había en el mismo Col (pico) que era una caja de metacrilato y que por lo visto había depositado antes un helicóptero.
Me encontré con una bajada cómoda, con un sendero que se podía correr y que a veces era como un carril y aquí empecé a apretar. Como dije antes no soy rápido, pero aquí al ver un firme bueno y estable pude correr sin problemas, haciendo tiempos de menos de 5 minutos el kilómetro, algo impensable en mí, me sentía bien, me sentía fuerte, y aquí ya empecé a vislumbrar que podía terminar la TDS.
Terminamos la bajada en un pantano precioso y vino una de las subidas más terroríficas de la jornada, la subida del col de Petit San Bernard, subida en la que tuve que adelantar a varios participantes, todos orientales, que iban sin fuerzas ninguna y que encima no se apartaban para que pudieras pasar….generalmente la gente se aparta y te deja adelantarlos sin problemas, pero yo creo que estos pobres no tenían ni fuerzas para echarse a un lado del sendero, también creo que les pudo dar un poco de vértigo porque era bastante vertical. Aquí quiero hacer un inciso y destacar los ánimos que nos daban durante la carrera los voluntarios, era algo absolutamente impresionante, armados con cencerros de ganado empezaban a gritar, sin desfallecimiento, «alléz, alléz!!» e incluso gritaban tu nombre y algunas palabras en castellano de ánimo (en el dorsal venía la bandera de tu país y tu nombre). En Petit San Bernard había un gran avituallamiento y aquí pude reponer fuerzas. En este punto dejábamos Italia y pasábamos a Francia.
A partir de aquí había una bajada impresionante, de 15 km y con un desnivel negativo de 1300 metros hasta el Bourg de Sant Maurice. Era una bajada que tenía de todo, carril, senderos buenos, malos con raíces de abetos, etc. Pasamos por unos bosques impresionantes dignos de los Alpes.
En el Bourg de Sant Maurice también había una avituallamiento grande y el tiempo nos estaba dando algo de tregua. Ahora empezaba la carrera de verdad, el tiempo se empezó a estropear y a llover en condiciones….y una subida de las buenas. El objetivo que me propuse fue llegar al avituallamiento de Cormet de Roselend en condiciones y hacer el cambio de mochila. Pero como dice el refrán «el hombre propone y Dios dispone», en la subida nos empezamos a encontrar barro, mucho barro, tanto barro que más de una vez se me quedaban las zapatillas hincadas en el mismo y seguía descalzo sin darme cuenta…En las pequeñas bajadas que me encontré bajando en este tramo me di cuenta que mis zapatillas Brooks Cascadia no estaban preparadas para el barro…. empecé a resbalar y caerme, y noté los primeros dolores en los cuádriceps debido al esfuerzo de intentar no caerme.
Por fin llegué ya de noche al avituallamiento de Cormet de Roselend y con ganas de cambiarme de ropa, especialmente ponerme unas mallas de compresión para que me aliviasen en parte el dolor que empezaba a sentir en mis cuádriceps. Aquí ya llevaba 70,5 kms, 4145m+, 3400m- y 14:30 horas de carrera. Mi sorpresa al llegar a este avituallamiento era que ¡que había gente tirada en el suelo durmiendo!, yo pensé como haga eso no salgo de aquí… Intenté comer pasta pero mi estómago lo rechazó, así que recurrí a unos pequeños sandwichs que tenía en mi mochila, de pavo, que fueron mi salvación, porque sabía que si no comía no tendría fuerzas para terminar la ultra. Después de este avituallamiento, tuvimos un buen tramo de carretera, (debido a los cambios que hizo la organización), y di gracias al Cielo por eso, y mira que no me gusta correr por carretera porque me quema bastante, pero con tan malas condiciones climáticas y por el barro, deseé tener nada más que carretera y buenos carriles que drenasen bien, pero claro, como era de esperar no fue ese el caso.
En esta subida, sí que vi de nuevo a muchos «cadáveres», que no sé si estaban durmiendo o estaban listos sin fuerzas para seguir.
Se terminó como se pudo la subida hasta el col de la Sauce, con mucha niebla no se veía a dos metros y seguía lloviendo para bajar a La Guittez, una bajada con más de lo mismo, resbalando y reteniendo los cuádriceps…cada vez me dolían más y rezaba para tener una subida porque por lo menos iba a dolerme menos.
Era noche completamente cerrada con niebla, y el barro era el protagonista absoluto de la carrera, a la gente que antes había adelantado me adelantaban a mí incapaz de poder bajar más rápido, y maldiciendo en cada paso a las Brooks Cascadia.
La carrera seguía y paso a paso se iba avanzando, llegando a un avituallamiento grande el Col de Joly. La bajada desde aquí sí que se me hizo eterna, ya los cuadriceps no me respondían en condiciones, seguía lloviendo y era una bajada que además de barro tenía unas pendientes en condiciones, «aderezadas» por unas raíces como Dios manda para que tropezases sin ningún tipo de elegancia 🙂 . Aquí quiero detenerme para contar una anécdota, y es que en estas bajadas me pegué a una alambrada, que creía que no estaba electrificada, algo lógico siendo el recorrido oficial de la TDS del Mont Blanc. Pues mi creencia fue vana cuando recibí una descarga de muy señor mío, encima de tener casi 100 kms a la espalda con un desnivel que ni quería mirar en mi Garmin y con los cuadriceps como porras, ¡toma!, otro regalito, una descarga para hacer la carrera más interesante. Ahora comprendo cómo los animales no traspasan estas vallas, recibes un golpe en el estómago, después se va a tus genitales, sí, a los huevos vamos, y de ahí te recorre el cuerpo hasta las extremidades. Cuando terminé de bajar la cuesta vi la batería enganchada a la valla 😡 .
Bueno, la bajada se suavizó y entramos en un carril bueno, estaba ya amaneciendo y llegamos al avituallamiento de Les Contamines. Conocí a un matrimonio muy simpático salmantino que habían hecho la UTMB, la CCC dos veces y ahora la TDS…vamos que se conocían bien el tema.
En este punto había una subida.. que vaya subidita, pero lo peor estaba por llegar…la subida del Col de Tricot. Mi amigo Jesús Manuel lo llama Belcebú, y no le falta razón. Cuando estás en la base del pico y ves a la gente subiendo, la pendiente sin descanso y lo que te queda….te desmoralizas. Yo inteneté seguir la máxima de Pepe López y Antonio Cantalejo, pasito Himalaya, es decir pasos cortos pero continuos sin parar, pero me tuve que parar más de una vez, me faltaba completamente el aliento, iba como podía, a veces medio mareado, y empecé a preocuparme… podía ser yo uno de esos «cadáveres», pero por fortuna lo pude terminar, más mal que bien, pero lo terminé. Aquí ya vi que terminar la TDS era posible a no ser que tuviese algún percance importante.
Ahora había 4 kms nada más pero de otra bajada dura, pero que se amenizaba con los preciosos bosques de abetos. Hubo divertimento en esta bajada porque tuvimos que pasar por un paso algo complicado con una cadena y también por un puente colgante con una cascada impresionante.
Casi llegando a Les Heuches, el penúltimo avituallamiento me encontré con unos cuantos kilómetros de asfalto cuesta abajo que para mí fueron una auténtica bendición para mis doloridos cuadriceps, aquí empecé a correr con zancadas largas para descargar la musculatura y la verdad es que me vino divino.
Terminado este avituallamiento, estaba a tan solo 8 kms de Chamonix, con un terreno cómodo y encima sin lluvia con buen tiempo y calor…la carrera la terminaba aunque fuese arrastrándome. Intenté correr estos 8 kms pero como eran subidas y bajadas hice lo que pude. Ya a tan solo 3 kms de Chamonix apreté los dientes y empecé a correr. La llegada a Chamonix fue indescriptible, cada vez que lo recuerdo, se me erizan los pelos…la gente empezaba a aplaudir, a animarte, a gritarte, estaban en los bares y se levantaban a tu paso….algo absolutamente indescriptible. Ya llegando a meta vi a mi familia animándome…. hay que estar en esa situación para poder explicar lo que se siente cuando ves a los tuyos al final…pero ya el remate fue cuando mi hijo Julián espontáneamente salió de la barrera, me dio la mano y me acompañó corriendo los últimos metros hasta casi la meta, no hay mayor recompensa que estas cosas, el sentimiento de felicidad es indescriptible. Al final la hice en 30:15 horas, si no hubiera habido barro estoy seguro que habría hecho un mejor tiempo, pero estamos en la Montaña, y así es ella, imprevisible. Josep hizo 26:26 horas, un auténtico fiera.
Bueno, quien haya leído hasta el final esta crónica, es para darle un premio 😛 , pero he querido plasmar cómo sentí, sufrí y disfruté la carrera. Fue para mí dura, muy dura, me prometí mientras la hacía en algún momento no hacer más ultras, pero ya se sabe, terminas y ya estás pensando en nuevas metas 😀 . Que si la volvería a repetir, sin lugar a dudas, ha sido una experiencia única tanto en el tema deportivo como montañero y por supuesto personal.
Ya por último querría agradecer a Jesús Manuel González, mi entrenador personal por todos los consejos y todas las indicaciones para esta ultra, a todos los amigos de la SEM y en especial a los miembros del Grupo Alpino Pinsapo de la SEM, que vía WhastApp me estuvieron siguiendo y animando, GRACIAS de verdad, da gusto sentirse tan querido y tan arropado. Y finalmente a mi familia que tuvo que sacrificar sus vacaciones por acompañarme a esta carrera, sin ellos nunca la podría haberla hecho, su imagen fue mi apoyo y mi aliento en los momentos verdaderamente duros de esta carrera.