El pasado día 23 de septiembre, realizamos una actividad que le teníamos muchas ganas desde hacía tiempo. En parte porque la gran mayoría de los asistentes no la había hecho nunca, y también porque se tuvo que posponer por mal tiempo, así que por fin el sábado 23 pudimos hacerla.
Nos congregamos 15 participantes y a las 7:45 estábamos todos esperando en la Hoya de la Mora para encaminarnos a la arista del Tozal del Cartujo, muy bien comandados por Francis Navarta.
Casi a las dos horas del comienzo y pasado el Lagunillo Misterioso, comenzamos a realizar el cresteo. Si bien los primeros tramos no conllevaban ningún tipo de dificultad, más metidos en la cresta se empezaron a suceder pasos aéreos espectaculares que requerían toda nuestra atención, para no tener ningún tipo de percance.
Entre trepadas y destrepadas, llegamos a un bonito diedro tumbado de III y de ahí a un rápel de unos 15 metros, equipado con varias cintas que montó Francis.
Posteriormente al rápel teníamos el paso clave del cresteo, que es una escalada de una chimenea de IV grado en clásica. Francis Navarta fue de primero y la equipó magistralmente para el resto de compañeros/as. Si bien no parece difícil de principio, los primeros pasos son los más complicados, ya que no tiene “manos” aparentes y hay que progresar en oposición. Salvada esta primera parte, el resto de la escalada es sencilla por la abundancia de “manos” y “pies”.
Superada esta chimenea teníamos una subida fácil y roma, si bien se hace larga y penosa por lo larga, monótona y porque la altitud hace su aparición con todo lo que conlleva 😅.
Un poco antes de las 6 horas de la actividad, llegamos al pico del Tozal del Cartujo, donde nos hicimos las correspondientes fotos de grupo. De allí nos dirigimos a nuestro punto de partida, que sería también el final, La Hoya de la Mora, pasando cerca del refugio Elorrieta.
Cerramos la actividad tomando unas cervezas/refrescos como suele dictar la costumbre😂.
