El pasado 29 de mayo la SEM organizó una visita a Cuevas de San Marcos, último pueblo al norte de la provincia de Málaga, para descubrir su famoso Monumento Natural Falla de la Sierra del Camorro.
Fuimos cuatro los socios valientes que, aún sabiendo del calor que ya asomaba por la puerta en esta época del año, apostamos por ir a realizar el sendero PR A 234 que bordea toda la falla con un recorrido circular de unos 7 km.
Durante el transcurso del sendero pudimos disfrutar de importantes acontecimientos:
En el inicio de la ruta, se realiza una subida que bordea la Falla por el este hasta el mirador de la sierra, siguiendo hacia un importante enclave de restos arqueológicos llamado Medina Belda, ciudad fundada por los romanos y utilizada más tarde por los musulmanes y que aún conserva alguna de sus estructuras.
Continúa el camino hacia la primera de las cumbres de la falla, señalada con una cruz blanca metálica. Para seguir hacia el macizo, hay que disminuir un poco la altura y entrar en el pinar de repoblación que se encuentra por la zona norte, para luego retomar la subida hacia, ahora sÃ, el pico Cuevas Altas, zona más alta del recorrido con una altura de 907 m.s.n.m. Desde allÃ, las vistas a la sierra, zonas de cultivo asà como al pantano de Iznájar son espectaculares.
Finalmente, se desciende por la cara sur de la Sierra, hasta llegar a lo que quizá sea el punto más importante de la ruta: la Cueva de Belda.
La cueva de Belda, declarada Zona de Especial Conservación (ZEC) alberga en su interior una de las colonias más importantes de quirópteros cavernÃcolas de Europa.
La visita a la cueva de Belda está prohibida desde marzo a finales de septiembre precisamente para proteger la época de reproducción de los murciélagos que en ella habitan.
El sendero también pasa por la zona de escalada y por una de las vÃas ferrata que tiene la sierra.
Este sendero en sà se encuentra desdibujado, en algunos tramos peligroso y poco señalizado, asà que recomendamos realizarlo con personas expertas para evitar accidentes.
Por último, todos coincidimos en que compensaron el calor las vistas, los pinos con sus sombras, una familia de cabras montesas que nos saludó, la compañÃa y la visita a uno de los bares del pueblo a reponer fuerzas.
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Fotos: Antonio Moret