XIX Travesía de Resistencia Tejeda-Almijara

El pasado 16 de noviembre organizamos nuestra travesía de resistencia, Tejeda-Almijara con varias novedades respecto a la anterior edición:

La primera novedad era la fecha de realización. Por lo general se realiza en abril, y este año, por coincidir en las mismas fechas con una ultratrail, y aunque ya teníamos todos los permisos del Parque Natural, decidimos retrasarla a noviembre.

La segunda novedad fue el cambio del recorrido, motivado por el cambio de fecha. Al posponer la fecha de abril a noviembre, la salida del sol se retrasa unos 40 minutos aproximadamente, por lo que nos obligaba a realizar un recorrido más largo para que la marcha pudiera llegar a la Maroma ya de día. De esta manera se incrementaron los kilómetros del tramo de Sedella a la Maroma a diferencia del año anterior, por lo que, en vez de subir directamente por el collado de Las Loberas, lo hicimos por las Llanadas. El resto del recorrido de la travesía fue igual que la pasada edición.

La climatología que íbamos a tener en la travesía nos inquietaba, pensando especialmente en los participantes, ya que se preveían fuertes vientos, de casi 50 km/h y una sensación térmica de 10 grados bajo cero, además la tarde del viernes llovió por la zona, por lo que íbamos a tener nieve sí o sí en la cumbre de la Maroma.

Llegó el día esperado y a las 3:15 de la mañana puntuales empezamos la travesía, Ernesto iba a ir de liebre todo el recorrido para que los guías en cabeza no tuvieramos dudas en el itinerario, y en la cola de la marcha se iban a ir alternando compañeros de refresco en los diferentes tramos ya que es la parte de la travesía que más sufren los guías por las «idas y venidas» de los mismos por los posibles abandonos de los participantes.

Como estaba previsto, hacía frío, mucho frío, pero se notaba menos por la marcha en sí y porque al ir entre los pinos el viento apenas se notaba.

La historia cambió después del avituallamiento de las Llanadas, la escasa vegetación de la zona hizo que el viento se notara de verdad,  la sensación térmica cayó en picado, aumentada aún más si cabe porque empezaba a amanecer. De hecho algún participante tuvo que abandonar debido a estas condiciones climáticas extremas. Ahora bien, la estampa que nos ofrecía la sierra desde las referidas Llanadas a la Maroma, será difícil de olvidar para todos los que hicimos esta travesía, por la belleza del paisaje blanco que mostraba nuestra sierra, gracias a una cencellada (para quien no lo sepa la cencellada es «formación de plumas y agujas de hielo suave de color blanco sobre una superficie sólida, causado por el congelamiento de gotículas sobrefundidas de un banco de niebla a temperaturas bajo cero«) y a la nieve caída la tarde anterior. Dependiendo por qué ladera andábamos el viento azotaba con mayor o menor intensidad, y llegando a la cumbre de la Maroma, decidimos estar el mínimo tiempo posible para evitar posibles complicaciones por el frío existente.

Seguimos rumbo hacia Alcaucín y la nieve y la cencellada iban disminuyendo conforme íbamos perdiendo cota, no así el viento, que tuvo su mayor auge en la Proa del Barco. Pasado este hito, el viento remitió bastante y a la llegada a Alcaucín el viento era testimonial.

En Alcaucín retomamos energías con un buen merecido desayuno-almuerzo. Nuevos guías se integraron en la marcha para los refuerzos de cola principalmente.

Desde Alcaucín seguimos hacia el collado de la Gitana, siendo para mí y creo que para el resto de la gente, el tramo más complicado y duro de la travesía, ya que llevábamos en las piernas 30 kms y casi 2000 metros de desnivel positivo…y teníamos que ascender todavía unos 1200 metros, «casi ná»😅. Además se unió a todo esto,  que el tiempo cambió y las temperaturas subieron y empezamos a notar calor, por lo que la travesía tuvo un punto mayor de dificultad, haciendo que la misma se elongara debido al cansancio de algunos participantes.  Ya se sabe que nuestra travesía se caracteriza por haber unos contrastes térmicos importantes. Por fortuna hubo pocos abandonos.

Terminadas las subidas del collado de la Gitana y del Barranco de Almanchares, nos dirigimos hacia el collado de la Monticara, donde pusimos un avituallamiento que fue regocijo de gran parte de los participantes de la misma, ya que pusimos un vino dulce exquisito del terreno acompañado de unas deliciosas tortas de Alcaucín. La travesía estaba ya hecha….llegamos a la plaza principal de Sedella, y los guías nos adelantamos a la línea de meta para rendir un merecido homenaje a los participantes de la prueba: Pocas veces ha sido tan dura la prueba y pocas veces el comportamiento de los participantes ha sido tan impecable.

Desde mi punto de vista, que es subjetivo pero que es compartido por todos los que estamos involucrados en esta prueba, quiero dar las gracias a todos los participantes, por mostrar un optimismo y una gallardía fuera de lo común en una travesía que se prometía muy dura, pero que al final, gracias  a todos salió perfecto o casi perfecto.

De nuevo ¡¡Gracias a todos!! y nos vemos el año que viene en la XX Travesía de Resistencia Tejeda-Almijara, con nuevos cambios y recorrido 😜.

Aquí os dejo un enlace al magnífico vídeo que grabó nuestro gran amigo Francis del grupo Noveno Grado de la travesía

https://youtu.be/3Q9s9TxSMR0

Y en este otro enlace podéis ver un reportaje fotográfico de la travesía:

https://photos.app.goo.gl/uXkMaHfzUjFhFpu7A

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